Me considero que de niña, siempre tuve muy buena salud. Nunca tuve que estar hospitalizada por ningún problema serio de salud. Aparte de tener algún virus de vez en cuando, me consideraba bendecida con buena salud. Nací y pasé mi infancia en la República de Panamá y me mudé a los Estados Unidos al final de mi adolescencia. Como pasa con muchos universitarios, mis hábitos alimenticios, horas de sueño y rutina de actividad física cambiaron negativamente durante mis años de universidad. Aparte de tener dolores de cabeza recurrentes durante mis años de universidad, logré escapar de problemas graves de salud. Después de casarme al inicio de mis 20s, mi salud empezó a cambiar radicalmente. En un período de menos de 10 años, empecé a tener problemas de salud que nunca antes había padecido. Me iba a dormir cansada y me levantaba aún más cansada, sufría de alergias respiratorias constantes que a menudo se me complicaban, estaba resfriada constantemente, dolor de oído recurrente, sentía dolor en el corazón y tenía latidos irregulares, migrañas que duraban varios días y dolores en pies y piernas. Lo peor de todo fueron los casos de ascitis recurrente que me dejaban hospitalizada varias veces al año. El dolor era tan grande que cada epiodio me dejaba incapacitada por días. Me vieron muchísimos doctores. Me realizaron cirugías exploratorias para descartar cáncer, tuberculosis y otro sin número de posibles enfermedades.

Durante mi hospitalización. Aquí, con 30 semanas de embarazo.
Luego de quedar embarazada con gemelos tuve que estar hospitalizada por casi 2 meses ya que había una amenaza constante de aborto espontáneo rebelde a medicamentos. Sangraba intermitentemente. Me diagnosticaron anemia. Mis hijos nacieron por cesárea de emergencia dos meses antes de la fecha prevista de parto. Tuvieron que permanecer hospitalizados por dos meses en la unidad de cuidados intensivos . La cantidad de estrés mental y físico era extrema. Durante y después de mi embarazo sufrí de dolores de espalda intensos.
Estuve lidiando con estos problemas de salud en un periodo aproximado de 10 años junto con mi matrimonio, mi nueva familia de cuatro y una carera que demandaba mucho de mí. Realmente agradezco el haber podido tener acceso a doctores comprometidos y a jefes y compañeros de trabajo comprensivos. Durante todo esto siempre fui una paciente muy obediente, pero también pasiva. Después de una década de recibir distintas hipótesis y prescripciones para mis problemas de salud pero ninguna de mis condiciones mejorar o eliminarse, decidí que era el momento de cambiar el plan de acción. Ser mas activa y tomar responsabilidad y compromiso total acerca de mejorar mi salud. Empecé buscando opciones alternativas que arreglaran la raíz de mis problemas.
Sabía que hasta el inicio de mis 20s había sido una persona bastante saludable y empecé a preguntarme si mis problemas de salud podrían estar siendo causados por malos hábitos en los últimos años (falta de descanso, estrés, comidas no saludables, falta de actividad física, etc.). Empecé a leerme decenas de libros y estudios médicos y todo empezó a llevarme hacía cosas básicas, más naturales para sanar. Durante todo esto, todavía trabajaba como directora de mercadeo para un estudio de cine internacional. Empecé a ser más consciente del alto nivel de estrés, falta de sueño, sedentarismo y elecciones no saludables de comidas que muchas veces vienen cuando uno está repartiéndose entre una carrera, hijos y vida personal. Mis gemelos todavía sufrían de problemas digestivos y respiratorios. Mi esposo empezó a tener problemas de colesterol alto.
Empecé a hacer cambios pequeños a los alimentos que consumíamos y empecé a prestar más atención a otros hábitos que podrían ser los causantes problemas de salud. Evalué lo que era más importante para mí y decidí que necesitaba hacer cambios drásticos en mi vida para poder eventualmente gozar de una vida plena y saludable. Realicé que la salud necesitaba ser prioridad. Decidí dejar el trabajo que tanto amé por muchos años. Empecé a estudiar Nutrición Integral y a implementar más cambios, dando pequeños pasos cada día. La suma de todos estos pequeños cambios empezó a hacer una diferencia grandísima en nuestra salud durante los meses que siguieron.

Al fin! Saliendo del hospital con mis bebitos de un mes.
Empecé a atender a clientes como Coach de Salud y Nutrición Integral certificada (INHC, AADP) y me sorprendió la gran satisfacción que sentía al ayudar a otros. Aprendía muchísimas lecciones con cada cliente que ayudaba a lograr sus metas de salud. Mi búsqueda de una mejor salud para mi y para mi familia me llevó a donde estoy hoy. No solo cuidando la salud de mi familia y de mis clientes, pero queriendo compartir lo que he aprendido con la mayor cantidad de personas posible. Ayudar y apoyar a otros me inspira y me motiva. Me alimenta. Así fue como nació Elena’s Healthy Ways. Realmente creo que cuando tomamos mejores decisiones para nuestra salud esto traduce en decisiones que son mejores para el medio ambiente. El mundo pudiera estar mucho más saludable si nos preocupáramos más por lo que consumimos. Personas saludables son personas más felices. Todo el mundo gana!
Me encantaría que te unieras a mí y a otros en este movimiento de personas que buscamos inspiración diaria para vivir una vida más saludable y llena de energía y para inspirarnos mutuamente en este maravilloso viaje de renovación personal y bienestar. Me encantaría enseñarte lo divertido, fácil y delicioso que puede ser vivir una vida saludable!

Feliz y agradecida por la salud de mi familia!